Coliseo romano

Coliseo romano

domingo, 14 de noviembre de 2010

Mapa de Roma

  • Las siete colinas de Roma
Las siete colinas de Roma son una serie de promontorios que históricamente han formado el corazón de la ciudad de Roma. Situadas al este del río Tíber, este conjunto geográfico ha protagonizado numerosísimos pasajes literarios y son una referencia muchas veces repetida en la cultura popular.
 Estas siete colinas figuran de forma prominente en la mitología romana, su religión y su política; tradicionalmente, se cree que la ciudad original fue fundada porRómulo y Remo sobre el monte Palatino (Collis Palatinus). Las primitivas siete colinas eran: Cermalus, Palatium, Velia, picos del monte Palatino, Cispius,Fagutalis, Oppius, picos del monte Esquilino, y Sucusa.

Inicial y tradicionalmente, las siete colinas fueron ocupadas por pequeños asentamientos que se agruparon y formaron una ciudad conocida como «Roma». Los ciudadanos de las siete colinas comenzaron a participar en una serie de juegos religiosos que comenzaron a unir a los grupos. La ciudad de Roma nació por tanto una vez que los asentamientos comenzaron a actuar como grupo, drenando los valles pantanosos que los separaban y convirtiéndolos en mercados y foros.

Las siete colinas de la Roma antigua eran:
  • el monte Aventino (Collis Aventinus), (47 metros de alto).
  • el Capilla (Capillus, que tenía dos crestas: el Arx y el Capitolium), (50 metros de alto).
  • el Celio (Caelius, cuya extensión oriental se llamaba Caeliolus), (50 metros de alto).
  • el Esquilino (Esquilinus, que tenía tres cimas: el Cispius, el Fagutalis y el Oppius), (64 metros de alto).
  • el monte Palatino (Collis Palatinus, cuyas tres cimas eran: el Cermalus o Germalus, el Palatium y el Velia), (51 metros de alto).
  • el Quirinal (Quirinalis, que tenía tres picos: el Latiaris, el Mucialis o Sanqualis, y el Salutaris), (61 metros de alto).
  • el Viminal (Viminalis), (60 metros de alto).


  • El río Tibet 
El río Tíber (en italiano Tevere) es el tercer río más largo de Italia , con una longitud de 405 km.
Desde su nacimiento, el Tíber fue el alma de Roma, y el hecho de que la ciudad le deba su propia existencia está descrito ya desde la primera escena de la leyenda de la fundación, con Rómulo y Remo en la canasta.
Todos los asentamientos pre-romanos cuya convergencia dio origen a la Roma histórica "veían" el Tiber, pero desde lo alto, no desde sus márgenes  por obvias razones de defensa y porque el Tiber siempre ha sido un río sujeto a desbordes imprevistos.
El punto en el cual la llanura aluvional era más seguramente practicable era en correspondencia de la Isla Tiberina, al lado de la cual  se localizó originalmente el punto de encuentro y de intercambio entre las poblaciones etruscas que dominaban el márgen derechoy las poblaciones del Latium vetus sobre la margen izquierda.
A corta distancia, aguas abajo, se construyó  el primer puente de Roma, el Puente Sublicio. Para las antiguas poblaciones era de tal importancia este puente y su mantenimiento.



  • La muralla serviana

eran una barrera defensiva construida alrededor de las ciudad de Roma al principio del siglo IV a. C. Las murallas tenía una anchura de de 3,6 metros y una longitud de unos 11 kilómetros, con más de una docena de puertas.
El nombre hacía honor al Rey de Roma, Servio Tulio. Aunque el trazado parece datar del siglo VI a. C., los restos actuales que se conservan datan del periodo final de la República Romana, como prevención tras el saqueo de Roma posterior a la batalla de Alia durante la primera invasión gala de la península italiana. Los galos, al parecer, tuvieron un fácil acceso a la ciudad, posiblemente porque los etruscos les obligaron a desmantelar las defensas que mantenían.
Las murallas fueron construidas con grandes bloques de piedra tosca. Algunas secciones incorporaban una profunda fosa para aumentar la defensa. En la parte norte se combinaba con rampas defensivas de tierra, lo que permitía incrementar el grosor del muro y, a los defensores, tener en el interior una plataforma para repeler cualquier ataque. 
No obstante, con la extensión del Imperio y la seguridad de la ciudad, dado que las fronteras se extendían por todo elMediterráneo, las murallas perdieron su utilidad. Esto, unido al incremento notable de la extensión territorial de Roma, tuvo como efecto que parte de las murallas fueran derribadas para permitir el acceso a los nuevos barrios.

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