En esta parte del trabajo hablares de algunos artistas que fueron fundamentales para la historia del aerte y la arquitectura italiana.
Filippo Lippi.
Filippino Lippi ( 1458 - 1505), pintor del Quattrocento italiano, fue uno de los discípulos de Botticelli.
Hijo del pintor Filippo Lippi y de Lucrecia Tutti, tenía diez años cuando murió su padre, y desde entonces fue educado por Fra Diamante, discípulo y fiel amigo de Lippi y continuador de las obras que el maestro dejó comenzadas.
Trabajó el pobre mozo en Espoleto y Prato, y avezado ya al manejote los pinceles, entró en el obrador de Botticelli, que después de la muerte de Lippi pasaba por el mejor pintor de Florencia.
En 1480, cuando Filippino Lippi tenía 22 años, pintó la Aparición de la Virgen a San Bernardo(abajo), que es sin disputa su obra maestra. El éxito fue tan grande y merecido, que Filipino fue elegido para terminar las pinturas de la capilla Brancacci, sin acabar desde la muerte de Masaccio, siguiendo con grandísimo talento el estilo de éste. Su arte está cargado de matices esotéricos vinculados a la cultura arqueológica de ese tiempo y ejerció una influencia determinante en sus contemporáneos, sobre todo en la utilización recurrente de los grutescos.
Donatello.
(Donato di Niccolò di Betto Bardi) (Florencia, Italia, 1386 – ibídem, 13 de diciembre de 1466) fue un famoso artista y escultor italiano de principios del Renacimiento. Junto con Leon Battista Alberti, Brunelleschi y Masaccio, fue uno de los padres del renacimiento. Donatello destacó en una fuerza innovadora en el campo de la escultura monumental y en el tratamiento de los relieves, donde logró representar una gran profundidad dentro de un mínimo plano, denominándose con el nombre de stiacciato, es decir «relieve aplanado o aplastado».
Realizó numerosas obras en mármol, terracota, bronce y madera para diversos mecenas y ciudades. Regresó a Florencia en el año 1459 con el encargo de modelar unas placas en bronce para la Basílica de San Lorenzo y durante su elaboración falleció en diciembre de 1466.
Filippo Lippi.
Filippino Lippi ( 1458 - 1505), pintor del Quattrocento italiano, fue uno de los discípulos de Botticelli.
Hijo del pintor Filippo Lippi y de Lucrecia Tutti, tenía diez años cuando murió su padre, y desde entonces fue educado por Fra Diamante, discípulo y fiel amigo de Lippi y continuador de las obras que el maestro dejó comenzadas.
Trabajó el pobre mozo en Espoleto y Prato, y avezado ya al manejote los pinceles, entró en el obrador de Botticelli, que después de la muerte de Lippi pasaba por el mejor pintor de Florencia.
En 1480, cuando Filippino Lippi tenía 22 años, pintó la Aparición de la Virgen a San Bernardo(abajo), que es sin disputa su obra maestra. El éxito fue tan grande y merecido, que Filipino fue elegido para terminar las pinturas de la capilla Brancacci, sin acabar desde la muerte de Masaccio, siguiendo con grandísimo talento el estilo de éste. Su arte está cargado de matices esotéricos vinculados a la cultura arqueológica de ese tiempo y ejerció una influencia determinante en sus contemporáneos, sobre todo en la utilización recurrente de los grutescos.
Donatello.
(Donato di Niccolò di Betto Bardi) (Florencia, Italia, 1386 – ibídem, 13 de diciembre de 1466) fue un famoso artista y escultor italiano de principios del Renacimiento. Junto con Leon Battista Alberti, Brunelleschi y Masaccio, fue uno de los padres del renacimiento. Donatello destacó en una fuerza innovadora en el campo de la escultura monumental y en el tratamiento de los relieves, donde logró representar una gran profundidad dentro de un mínimo plano, denominándose con el nombre de stiacciato, es decir «relieve aplanado o aplastado».
Realizó numerosas obras en mármol, terracota, bronce y madera para diversos mecenas y ciudades. Regresó a Florencia en el año 1459 con el encargo de modelar unas placas en bronce para la Basílica de San Lorenzo y durante su elaboración falleció en diciembre de 1466.
El David de mármol para la catedral de Santa María del Fiore en Florencia, fue su primera obra documentada, en 1408. El David de bronce en el museo del Bargello, el Púlpito exterior de la catedral de Prato(abajo,centro), la estatua ecuestre de Gattamelata en Padua(abajo,derecha), la María Magdalena penitente en el museo dell'Opera del Duomo en Florencia y Judith y Holofernes en el Palacio Vecchio.
Su revolucionaria concepción de la escultura resulta evidente ya en las grandes estatuas para nichos destinadas a Orsanmichele y la catedral de Florencia. La gravedad y el realismo de estas monumentales figuras de mármol contrastan vivamente con la gracia y el decorativismo del gótico internacional, el estilo vigente en Europa hasta entonces. Donatello comenzó esta serie en 1411 con el San Marcos y la concluyó en 1436 con el llamado Zuccone. A esta serie pertenece también el San Jorge, su primera obra famosa, de la que Vasari afirmó: «Posee el maravilloso don de moverse dentro de la piedra»
Giotto.
Giotto di Bondone, mejor conocido solo por su nombre de pila: Colle di Vespignano (1267 - Florencia, 8 de enero de 1337) fue un notable pintor, escultor y arquitecto italiano del Trecento. Se lo considera el primer artista de los muchos que contribuyeron a la creación del Renacimiento italiano y uno de los primeros en romper las limitaciones del arte y los conceptos medievales. Si bien se limitó fundamentalmente a pintar temas religiosos, fue capaz de dotarlos de una apariencia terrenal, llena de sangre y fuerza vital.
Existen discrepancias en cuanto a sus orígenes y su formación, pero parece seguro que se formó con Cimabue, en cuya tradición iconográfica se inscriben algunas de sus creaciones, como el Crucifijo de Santa Maria Novella, donde la figura de Cristo está dotada de un sentido humano más profundo que en su maestro. La obra más antigua que se le atribuye son los frescos de la iglesia superior de Asís, en concreto la Historia de san Francisco, si bien esta atribución constituye uno de los problemas más debatidos de la historia del arte. Está documentada con seguridad la presencia de Giotto en Asís hacia 1290, pero existen demasiadas diferencias estilísticas entre esta obra y otras asignadas con seguridad al maestro.
Giotto se trasladó más tarde a Padua para pintar los frescos que la familia Scrovegni le encargó en una capilla de su propiedad. Son los únicos que se asignan con certeza al maestro. Incluyen un Juicio Final (muro oeste), una Anunciación (arco del presbiterio) y escenas de la Vida de la Virgen y de la Pasión de Cristo (muros restantes), bajo los cuales figuran personificaciones de virtudes y vicios pintadas en grisalla con objeto de crear efectos de relieve.
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